JOSÉ MARÍA MURUZÁBAL DEL SOLAR

   PINTURA Y ESCULTURA NAVARRA

 

ESCULTURA: OBRA DE JUNIO DE 2020

 

 

EL ABRAZO
Arcilla policromada en base de madera. 30 cm. altura. 2005
ZUDAIRE, Inés


Aunque se trata de una artista con conocida trayectoria en el arte navarro no está de más que recordemos que se formó en Artes y Oficios de Pamplona, con el maestro Gerardo Sacristán, entre 1956 y 1959. En la misma escuela estudió cerámica. Durante los años 1984 a 1987, participa en los cursos de Paisaje organizados por la Institución Príncipe de Viana, del Gobierno de Navarra. Su inquietud por el arte le llevó a cursar Artes Liberales en la Universidad de Navarra, licenciándose en 1998 en Diploma de Estudios Artísticos con la Catedrática García Gaínza. Su primera exposición la hizo en la Casa de Cultura de Tafalla, en 1988. Participó también asiduamente en los cursos de paisaje que impartieron, en los años ochenta, Pedro Martín Balda y Jesús Lasterra y mantuvo también estrecha relación con César Muñoz Sola. Ha participado con el grupo artístico Gárdena, del cual fue durante una época su presidenta. En el mes de julio de 2004 asiste a la Universidad Internacional Menéndez Pelayo al curso de Taller de Escultura, "El Modelo y su interpretación en plano y en el espacio", con el profesor D. Julio López Hernández. En su dilatada trayectoria artística ha realizado más de 30 exposiciones, en todos los rincones de Navarra, así como en San Sebastián, Vitoria, Madrid o el Sur de Francia.

La obra que comentamos a continuación se conserva en colección privada de Navarra. Inés Zudaire ha sabido ganarse a pulso, con esfuerzo y dedicación de décadas, un puesto en la nómina de los artistas navarros contemporáneos. Ella habitualmente se dedica a la pintura al óleo, pero de vez en cuando hace incursiones en la escultura, al modo de la obra que presentamos a continuación. Es cierto también que ha gozado de formación en el mundo de la escultura, en la Escuela de Artes y Oficios de Pamplona y en talleres diversos. Las esculturas de esta artista resultan obras repletas de sentimiento y de sentido expresionista. Es cierto que las mismas tienen correcta elaboración, que se observa claramente que la artista domina el medio y la técnica, pero, por encima de todo ello, lo que prima es la expresión del sentimiento interior de ella misma. Estamos ante obras, en definitiva, donde Inés Zudaire es capaz de verter toda la sensibilidad de su alma de artista. La escultura que traemos a estas páginas es un fiel reflejo de esto que comentamos.
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