JOSÉ MARÍA MURUZÁBAL DEL SOLAR

   PINTURA Y ESCULTURA NAVARRA

 

PINTURA: OBRA DE NOVIEMBRE DE 2019

 

 

“Pueblo navarro”
Óleo en tabla. 24 x 33 cm.
IRIBARREN, Damián

José Iribarren Zugasti (Aoiz, 1927 – Pamplona, 2000). Se formó en los seminarios capuchinos de Alsasua, Fuenterrabía, Estella y Pamplona, ordenándose sacerdote, con los capuchinos, en diciembre de 1950, conociéndosele como Damián Iribarren o Damián de Aoiz. Más tarde se especializó en cuestiones sociales en Madrid. En 1957 llegó a Zaragoza como consiliario de la HOAC y, para conocer de primera mano el mundo obrero, trabajó como peón en Altos Hornos de Bilbao unos meses. De nuevo en Zaragoza y, a partir del Congreso Internacional de Gitanos, centró su actividad en este sector socialmente marginado, ubicado en el lugar conocido por Las Graveras. El Ayuntamiento de Zaragoza acordó otorgarle en 1979 el Premio de la Ciudad Cesaraugusta en reconocimiento a su labor en los ámbitos social y cultural. Posteriormente, Jaca, San Sebastián, Sangüesa y Pamplona serán el marco donde irá completando su biografía, en la que supo compaginar su dedicación religiosa con su faceta artística como pintor y poeta, además de su afición a la música. Todos sus datos biográficos llevan a catalogar a Damián Iribarren, además de religioso, como un humanista, como hombre de corazón, pensador y artista. Escribió numera poesía, recogida en diferentes y variados libros. El 29 de septiembre del año 2000 el Ayuntamiento de Aoiz organizó un homenaje en el que participaron con prosas y versos varios autores.

La obra que comentamos se conserva en importante colección navarra de arte. El cuadro en cuestión fue reproducido en un artículo de Diario de Navarra (15/9/2019). La obra que conocemos de Damián Iribarren resulta básicamente paisajística. Parece ser que gustaba trabajar habitualmente en un formato medio y pequeño, y en soporte de tabla o tablex. No consta la existencia de un aprendizaje en escuela, por lo que consideraremos al artista como un auténtico autodidacta. Los óleos de este artista nos traen paisajes recios y vigorosos, en la línea del paisaje expresionista y emotivo que se practicó en España desde mediados del siglo XX. Resulta evidente que esta producción del artista agoizco emparenta con la tradición figurativa de la pintura española, con el gran Benjamín Palencia, la segunda Escuela de Vallecas o la propia Escuela de Madrid, movimientos que, a buen seguro, Damián Iribarren llegó a conocer de primera mano. Los paisajes de Damián Iribarren, parecen tomados del sur de Navarra y de zonas de Aragón, región en la que residió muchos años. Estamos ante paisajes de tierras áridas, descarnadas y secas, empleando colores ocres y grisáceos preferentemente; paisajes que en ocasiones llevan la huella humana, en forma de chavolas rurales o de casas agolpadas en lejanos pueblos; paisajes ondulados, duros pero majestuosos, que entendemos pretenden reflejar la dureza de la vida y la preocupación del autor por la subsistencia y el entorno social.