JOSÉ MARÍA MURUZÁBAL DEL SOLAR

   PINTURA Y ESCULTURA NAVARRA

 

PINTURA: OBRA DE ABRIL DE 2018

Palacio Arozteguia (Baztán).
Acuarela, 27 x 27 cm. 2016.
POMÉS, Txon.


Txon Pomés, nacida en Pamplona en 1956. En 1973 obtiene en San Sebastián la Diplomatura de ISSA Management-Assistant (Universidad de Navarra). Trabaja en el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos en Bilbao. En 1983 una enfermedad crónica le hace abandonar la profesión y vuelve a Pamplona. En un periodo de convalecencia descubre la magia de la acuarela gracias al pintor Ron Ranson. Asistió a sus talleres en Inglaterra en 1999, una actividad que repetiría en 2002 y 2003. Desde ahí, muchas han sido sus influencias. Entre 2005 y 2011, su pincel aprendió de los de David Taylor (Australia), Joseph Zbukvic (Croacia) o Álvaro Castagnet (Uruguay), entre otros. Txon Pomés es miembro de la Asociación de Acuarelistas Vascos y de Nordiska Akvarellsällskapet, entre otras. En esta década larga de trayectoria pictórica ha recibido premios y distinciones del
Gobierno de Navarra, de la Asociación Roosvelt de Cuenca o del Salón Internacional de la Acuarela de Saint Yrieix la Perche (Francia), además de becas y ayudas de la Institución Príncipe de Viana y la Academia Artestudio de Madrid. Impartió un Curso de acuarela para el Ayuntamiento de Pamplona en Marzo 2006. El año 2016 celebró una exposición con 52 de sus acuarelas en la Ciudadela de Pamplona.

La presente obra se conserva en importante colección de arte navarro de Pamplona. Para Txon Pomés la acuarela es un lenguaje diferente; pintar con el agua le exige poner más de sí y en cada pincelada va hablando del mundo que lleva, de los sentimientos que alberga y del coraje que le empuja, o de la falta de él. Dice que es como mantener un pulso entre la razón y el corazón, un duelo agridulce entre la disciplina y la libertad, entre la pasión y el trabajo ordenado. “Con mi paleta trato de jugar al trueque entre realidad y sueño. Busco fuera el eco de mi interioridad y al revés, canto hacia fuera mis búsquedas en una sintonía entre mi persona y mi entorno, dialogando en una zozobra tensa y calma que desgasta y enaltecer el cuerpo y el alma”, explica la autora. Txon Pomés siempre ha buscado en sus obras la emoción del agua y el paisaje, pero sobre todo, recoger con su pincel la atmósfera, la vida: conseguir el murmullo del agua, el reto de unos reflejos, el color de un determinado momento, la impresión de un instante concreto. Sus acuarelas tienen gran profusión de sienas, azules aguamarinas, tonalidades delicadas y contrastadas; y los edificios que aparecen en las mismas confieren serenidad y majestuosidad a las composiciones. La obra que aquí presentamos sigue estos derroteros expuestos, construida con unas transparencias y una delicadeza que la hacen enormemente atractiva.