JOSÉ MARÍA MURUZÁBAL DEL SOLAR

   PINTURA Y ESCULTURA NAVARRA

 

PINTURA: OBRA DE MAYO DE 2016

“Caseríos del Baztán”
Óleo / lienzo. 38 x 55 cm. 1976.
GUIBERT, Ignacio.


Ignacio Guibert nació en Pamplona el año 1916, hijo de Joaquín Guibert y Mercedes Amor. Se cumple en estos momentos el centenario de su nacimiento. Ya en Pamplona manifestó su gusto por las BBAA. El año 1940 se traslada con su familia a Madrid por tema de trabajo, relacionado con los telares, ciudad que ya no abandonará en adelante. En Madrid comienza a dibujar en un taller de tapices y aprende pintura con el pintor Eduardo Peña y en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, donde se ejercita en el dibujo de desnudo. El artista estableció su domicilio en Madrid, en la Colonia del Polar. Obtuvo la Medalla de bronce en el certamen de arte de Educación y Descanso. En 1949 ilustró libros: César González Ruano “Siluetas de escritores contemporáneos” – Natalio Rivas “Narraciones históricas contemporáneas”. Realizó numerosas exposiciones en Madrid (Salón Cano y Círculo 2), Bilbao, Zaragoza, Valladolid, Alicante, etc. En Pamplona expuso los años 1974 – 1976 – 1977 – 1981 y 1983 en las salas de la CAMP y en 1988 en los salones del Hotel La Perla. Estuvo casado con Mercedes Iglesias Andrés, con quien no tuvo descendencia. En 1983, una embolia le dejó impedida la mano derecha; desde entonces pintó solo con la mano izquierda. El 6 de septiembre de 1991 falleció en su domicilio de Madrid.

El cuadro que presentamos se conserva en conocida colección de arte navarro. Fue expuesto en Sala García Castañón de la CAMP, noviembre 1976 y en “Arte navarro en una colección pamplonesa”, sala Conde Rodezno, noviembre 2013 a enero 2014, nº 66. Ignacio Guibert fue artista de trabajo serio y profundo, siempre en tono figurativo y realista, con una técnica precisa y preciosista. Buen artesano de la pintura, trabajó sus obras con sencillez, sin otras pretensiones que las ornamentales y, por ello, destinadas a un público concreto y específico. Trabajó la marina y la pintura de flores como nadie lo ha hecho dentro del arte navarro, algo que gustó mucho dentro de su momento histórico. Además de ello, pintó paisajes en una amplia gama de estilos, desde obras casi apegadas a las maneras realistas o románticas del siglo XIX, hasta otras más sueltas y libres, dentro de estéticas ya del siglo XX. El cuadro que ahora presentamos se inscribe en esta última línea estética, acorde con el paisajismo tradicional que se ejecutaba en la navarra de la época. En el cuadro destaca una correcta composición, un gran equilibrio y una bastante lograda gama cromática en la que destacan los verdes.