JOSÉ MARÍA MURUZÁBAL DEL SOLAR
PINTURA Y ESCULTURA NAVARRA
PINTURA: OBRA DE MAYO DE 2015
“Viejo
Madrid”
Acuarela /papel. 50 x 30 cm. c. 1968.
AZPILICUETA, José Abad
José Abad Azpilicueta (Marcilla, 1930 – Madrid, 1986). Gran
acuarelista navarro, escasamente conocido en su tierra. La
razón de su olvido en esta Comunidad estriba en el hecho de
que muy pronto se asentó en Madrid y su relación con su tierra
natal fue más bien escasa. No obstante, la calidad de su obra
artística y su origen navarro hacen necesario un
reconocimiento más profundo en Navarra. Azpilicueta se
trasladó a vivir a Madrid con sólo diez años. Pocos años
después ingresó en el Banco Mercantil Industrial, pero su
habilidad para el dibujo le llevó a estudiar para delineante,
lo que le dio un gran dominio de la perspectiva y la
composición del espacio. A partir de 1945, fecha en que se
fundó en Madrid la Agrupación Española de Acuarelistas, se
interesó por esta técnica. Fue discípulo de Pepe Valenciano,
Félix Herráez y Pedro Villaroig y pronto pasó de alumno a
profesor. Fue uno de los grandes maestros de la acuarela,
técnica en la que centró todo su trabajo. Durante su vida se
volcó más en la docencia que en las exposiciones, por lo que
se ha podido ver su trabajo en contadas ocasiones. En este
sentido destaca la retrospectiva que Caja Navarra le dedicó en
abril del 2001 en la Sala Juan Bravo de Madrid, en la que
presentó un recorrido por todo su quehacer pictórico.
La acuarela que presentamos se conserva en importante
colección navarra de arte. Figuró en la exposición de la Sala
García Castañón de la CAMP, Mayo 1968 y en la muestra Artistas
navarros en una colección pamplonesa, noviembre 2013 – enero
2014, sala Conde Rodezno. Aparece reproducida en catálogo de
dicha exposición y en la Revista Pregón Siglo XXI, nº 34
(2009). Es evidente que Azpilicueta aprendió la técnica de sus
maestros pero también resulta claro que estamos ante un
acuarelista auténtico, especialmente capacitado. Cuando uno
contempla las acuarelas de Azpilicueta, como la que traemos
hasta aquí, enseguida se percata que está ante obras frescas,
ejecutadas con indudable maestría, que transmiten una visión
clara y nítida de lo allí plasmado. Esas obras tienen
contrastes, encuadres perfectamente conseguidos, espontaneidad
en la ejecución, transparencias y veladuras. Son, en
definitiva, acuarelas vivas y plenas, que nos hablan de que
están realizadas por un excelente maestro en esta disciplina.
El título “Viejo Madrid” es un buen ejemplo de las calles de
pueblos, quizás lo más abundante dentro de su producción, con
ambientes rurales, intimistas, que transmiten hondura, soledad
y serenidad y en los cuales la representación humana es
meramente anecdótica. |