JOSÉ MARÍA MURUZÁBAL DEL SOLAR

   PINTURA Y ESCULTURA NAVARRA

 

PINTURA: OBRA DE DICIEMBRE DE 2014

“Campos de Echauri”
Óleo / tabla. 20 x 35 cm. 1956
ASCUNCE, José María.


José María Ascunce (Beasain, 1923 – Pamplona, 1991). Comienza sus estudios artísticos en Artes y Oficios de Beasain. A partir de 1942 acude a clases de pintura en la academia que Javier Ciga Echandi había abierto en Pamplona, continuando su formación académica en Madrid gracias a la beca que en 1945 le concede la DFN. Con ella puede estudiar en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, donde prolonga sus estudios hasta 1951. En 1952 fija su residencia en Corella (Navarra), donde es nombrado profesor interino de dibujo y pintura en la Escuela de Artes y Oficios. Continúa su labor docente en la Escuela de Artes y Oficios de Pamplona donde obtiene una plaza en 1965. Es seleccionado para las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de 1957, 1960, 1962 y 1964 y a partir de 1967 se dedica, casi en exclusiva, a la realización de encargos de particulares. En 1985 el Gobierno de Navarra le encarga el retrato de S.M. Don Juan Carlos I y en 1988 es nombrado miembro del Consejo Navarro de Cultura. Está considerado como uno de los grandes artistas navarros del siglo XX. En su obra logra una visión especial de los viejos pueblos y paisajes navarros, cuyas singulares arquitecturas traza con un dibujo a veces minucioso y siempre muy personal; mientras que de los campos y la tierra simple obtiene versiones distintas, más ágiles y esquemáticas. Estos dos estilos nacen de la adopción de diferentes actitudes estéticas y temáticas.

La presente obra se guarda en importante colección de arte navarro de la ciudad de Pamplona. Fue expuesta en la sala de García Castañón de la CAMP, Diciembre 1956 (nº 20) y en la muestra “Artistas navarros en una colección pamplonesa, Sala los Caídos de Pamplona (diciembre 2013 – enero 2014), nº 12. El presente paisaje es una buena muestra de la pintura de Ascunce, con una gran visión cromática, rica en matices, sustituyendo a las densas sombras opacas por la construcción formal, en la que la luz y la diafanidad pasan a ser la gran peculiaridad de este artista. La pintura de Ascunce no está sujeta a la rigidez académica: se explaya en formas libres y heterodoxas, aunque posee una sólida estructura de sus cuadros. Este cuadro está dotado de empastes generosos, con que este artista representa poblaciones y tierras severas en su realismo unas veces y temperamentalmente expresionistas otras.