PINTURA NAVARRA |
OBRA DEL MES DE ABRIL DE 2022 |
Óleo en lienzo. 65 x 81 cm. 1969. BARTOLOZZI, Rafael |
Rafael Bartolozzi (Pamplona 1943-Tarragona 2009,) hijo de los pintores Francis Bartolozzi y Pedro Lozano de Sotés, se trasladó de Pamplona a Barcelona en1964 donde estudió BBAA en San Jorge y en la Escuela de Pintura mural de Sant Cugat del Vallés. Pertenece a la generación de los 60, integrada por artistas afines que preconizan la recuperación de la figuración y el Pop Art, movimiento del que es considerado figura clave en España. Formó con Arranz Bravo un célebre tándem artístico durante diez años (1970-80) al que se deben obras tan emblemáticas como el edificio pintado de la fábrica Tipel (1970), de Parets del Vallés. Su participación en la Bienal de Venecia (1980) cierra una etapa y marca un cambio decisivo en su trayecto vital y artístico. Se instala permanentemente en Vespella de Gaià, un pequeño pueblo tarraconense donde tenía estudio desde 1972, se casa con Nuria Aymamí (1983) con quien tiene a su hijo Nil y viajan frecuentemente a Italia y otros destinos. Su rico imaginario surrealista, unido al influjo manierista y ecléctico de la transvanguardia italiana, y el eco de sus raíces sentimentales navarras se mezclan en obras de sorprendente potencia, que, especialmente a partir de los 90, se basan en una constante dialéctica de contrarios que él, entusiasta del oxímoron, definía a menudo de “minimalismo barroco” actitud que por otra parte encajaba perfectamente en el contexto postmoderno.
La obra que presentamos a continuación se conserva en colección particular y se trata de una obra temprana dentro del periplo estético del autor pamplonés. A pesar de que la pintura y el dibujo fueron sus actividades preferentes, Rafael Bartolozzi practicó también la escultura en los más diversos formatos y materiales incluyendo la obra urbanística (Plaza de la Paz, Pamplona) y monumental, como “Alfa y Omega”, anclada en el mar frente a la playa de Torredembarra. La pintura que traemos a estas páginas resulta una obra característica dentro de la producción de Rafael Bartolozzi, situada dentro de la estética surrealista que practicó durante muchos años. Las resonancias figurativas de la pieza son evidentes, pero acaban mezclándose con otras partes mucho menos figurativas. Elemento básico resulta la utilización de un colorido contrastado y brillante, que hace a esta obra muy atractiva. En definitiva, una obra abierta, dinámica y atractiva, que entronca a la perfección con las formas surrealistas que practicó habitualmente Rafael Bartolozzi. |