PINTURA NAVARRA |
OBRA DEL MES DE ENERO DE 2022 |
Acrílico en tabla. 73 x 66 cm. 1995. AGORRETA, José Ignacio |
José Ignacio Agorreta (Pamplona, 1963) es un autor que vive y trabaja en su ciudad natal. De formación autodidacta, su trabajo siempre se ha enmarcado dentro de una figuración contemporánea. Es uno de los fundadores del colectivo de artistas Grupo + 4, junto con Koldo Sebastián, Félix Ortega y Juan Belzunegui, un movimiento que reivindica la pintura en un momento, finales del siglo XX, en el que el arte parece gritar que la pintura ha muerto frente a los otros soportes. Entre sus exposiciones individuales, destacan las realizadas en Ciudadela de Pamplona (1998, 2003, 2009 y 2017), Galería Agurcho Iruretagoyena de Pamplona (2000 y 2005) Galería Tolmo de Toledo (2002 y 2008), Museo Gustavo de Maeztu de Estella (2005), Galería Carme Espinet de Barcelona (2009), Museo Jorge Oteiza de Alzuza (2010), Galería Fermín Echauri de Pamplona (2012) Y Galería MLS de Burdeos (2018). Sus obras además de en diferentes colecciones privadas se encuentran en las principales colecciones públicas de su comunidad; Museo de Navarra, Museo Gustavo de Maeztu, Colección de Arte contemporáneo del Ayuntamiento de Pamplona, Parlamento de Navarra, Universidad Pública de Navarra y Fundación Caja Navarra. Así como en Fundación Caja Segovia y en Colección Agrupación Mutua de Barcelona.
La obra que comentamos se conserva en importante colección de arte contemporáneo de Pamplona. Fue expuesta en una muestra en Galería Pintzel de Pamplona, del año 1995. Las composiciones de Agorreta nacen de la necesidad de establecer sutiles tensiones internas equilibradas por la aparición en escena de los propios temas del cuadro o mediante la utilización de una, en apariencia, austera paleta de colores, que sin embargo posee una amplia riqueza de matices. El trabajo de Agorreta está ligado al paisaje, en su caso el urbano, y a la abstracción. Es un artista que se mueve entre la nostalgia de los espacios de la ciudad que desaparecen y desde esa periferia pinta unos paisajes en los que la realidad se confunde con lo soñado o ya perdido. Todo ello sin llegar a dejar nunca la pintura realista, pero con un toque de ambigüedad que le permite recrear espacios de la ciudad. Maneja igualmente la figura, dotándola de un toque personal, contemporáneo y atrayente, como muestra la composición que aquí presentamos. |