ESCULTURA NAVARRA |
OBRA DEL MES DE ENERO DE 2022 |
Metal, en base de acero. 2,56 mts. de altura. 2020. ARBE, Ángel |
Ángel Arbe, Pamplona 1953. De vocación temprana y autodidacta en los comienzos, Arbe estudió Bellas Artes en la especialidad de Pintura en la facultad de Bilbao entre 1988 y 1993. Ha participado en varios talleres de grabado y arte multimedia. Entre sus exposiciones individuales destaca la celebrada en la galería Pintzel de la capital navarra en 1998 titulada "El corazón del camino" o la que se pudo ver en Huesca en el Centro Cultural Matadero en 2001. El año 2008 expuso sus collages en la Ciudadela de Pamplona. Es uno de los nombres más habituales en las exposiciones colectivas que se celebran en Navarra. Además, su obra ha sido seleccionada en varias ediciones de la Bienal de Artes Plásticas del Ayuntamiento de Pamplona, así como en el Premio de Pintura del Gobierno de Navarra, instituciones que poseen obra de Arbe en sus colecciones de arte contemporáneo. Trabajó un tiempo también en el área de cultura del Ayuntamiento de Pamplona, encargándose de las exposiciones organizadas por dicha institución.
La obra que comentamos se conserva en colección particular. Participó en la muestra sobre escultura navarra actual, de febrero de 2021 en las Galería ArteA2 de Zizur Mayor. Realizada en los meses anteriores, esta torre rinde homenaje a La columna sin fin de Constantin Brancusi "pero llevando ese concepto a otro terreno más pop, por el tipo de material empleado", dice Arbe, aludiendo a los 8 módulos de lámparas de los que se ha servido para crear esta escultura que se levanta sobre una base de acero hasta los 2,56 metros de alto y que va profundizando en su propio reflejo para constituirse como una columna de metal infinita. "Brancusi siempre ha sido uno de los escultores que tengo muy presente, de esos que no se te olvidan, que quedan grabados. Siempre he querido hacer algo sobre él, homenajeando su trabajo, que lleva a otro estado la tradición del folclore rumano, y he visto que éste era el momento", cuenta el creador navarro, que dice estar disfrutando con su participación activa en el colectivo de artistas itinerante. "Es lo mejor que me ha pasado en los últimos años, la mejor terapia para la extrañeza y la ansiedad de estos tiempos", asegura. En cuanto al tamaño de la obra, el creador considera que será más llamativa cuando se pueda instalar en un espacio al aire libre donde se verá con más claridad esa mirada al infinito. “La pieza tiene 12 módulos, pero por razones de espacio hemos instalado sólo 8. En su tamaño total, adquiere mucha estilización por cuestión de escala”. |