PINTURA Y ESCULTURA NAVARRA |
ESCULTURA. OBRA DEL MES DE AGOSTO DE 2021 |
Plástico, piel de vaca, óleo, esmalte. 145 x 190 cm. 1998. FONTALBA, Txaro |
Txaro Fontalba (Pamplona, 1965). Formada en los cursos de dibujo y pintura en la Escuela de Artes y Oficios de Pamplona (1980-83).
Posteriormente obtiene la licenciatura en Bellas Artes en la Universidad del País Vasco, en la especialidad escultura, el año 1988.
Cursa un posgrado de escultura. Byam Shaw School of Art, Londres 1991-92. Ha cursado estudios de grabado y ha participado en varios talleres de
escultura y serigrafía como los impartidos por Pepe Espaliú o Pepe Albacete, ambos en Arteleku. Su primera exposición es en 1989,
Pleura/Pleonasmo. Sala de Cultura CAN, Pamplona. Otras muestras importantes en su carrera son en 1995, Bestiario de amor, Universidad Pública de Navarra,
Sala Carlos III. Pamplona; 1998, Anorexia, Horno de la Ciudadela de Pamplona; 2007, Carne, amor y fantasmas (con Helena González Sáez),
Kalae Arte Contemporáneo de Bilbao; 2017, Yo, la peor de todas. Ni, denetan okerrena, Museo de Navarra, Museo Jorge Oteiza; 2018, Deslenguadas y otras tartamudas,
La Taller (Taller y Galería de grabado) Bilbao.
La obra escultórica que presentamos se conserva en colección particular. En este tipo de producción artísticas –que se mueven entre la pintura y la escultura- la superposición de imágenes en planos referentes individuales proporciona una imagen otra, nada humorística por cierto, en la que predominan los colores sanguíneos, el rojo y el azul -que así aparecen en su representación gráfica arterias y venas y así al menos se nos filtra el tinte de la sangre a través del coladero de la piel-, en los que importa más la textura que la pincelada, más la materialidad de los pigmentos, cortes y superficies que el gesto. Mantienen, sin embargo, una firmación de la artista respecto a sus obras precedentes: son constructoras del sujeto, del yo o de su fragmentación. La artista navarra acostumbra a objetualizar los órganos humanos y convertirlos en contenedores políticos. Las imágenes de Fontalba son poderosas, e, incluso en el dibujo, prevalece su objetivo escultórico y la vocación de jugar con los planos. Obras conceptuales, que interrogan al espectador, que buscan trascender de la imagen y llegar al pensamiento. |