PINTURA Y ESCULTURA NAVARRA |
PINTURA. OBRA DEL MES DE JULIO DE 2021 |
Óleo / madera. 20 x 27 cm. c. 1946. GARALDA, Elías |
Elías Garralda Alzugaray (Lesaca, Navarra, 1926 – Olot, 2012). En el año 1936, como consecuencia de la guerra civil,
su familia se estableció en Biárriz, población del País Vasco francés, y fue allí donde Garralda conoció a René Vernalín,
poeta, pintor, y músico, sintiéndose atraído por la pintura. En Pamplona, ingresó en la Escuela de Artes y Oficios,
y al ser trasladado su padrea Olot, como maestro de educación física, él ingresó en la Escuela de Bellas Artes,
donde con profesores de gran calidad, aprendió todas las técnicas, pero especialmente el paisaje al natural.
Garralda, realizó su primera exposición a los 22 años en Barcelona. Desde esa fecha, recorrió toda la geografía nacional,
siendo gran amigo de los pintores Núñez Losada y Núñez de Celis. Fue Losada, quién al realizar una exposición en Madrid,
le recomienda conocer y pintar el paisaje de Liébana. Desde el año 1950 ha realizado exposiciones en las principales salas
de España y su obra ha servido para crear toda una Escuela en Cataluña, conocida como la Escuela de Olot, sobre todo por
su peculiar manera de entender el paisaje, ya que siempre ha sido uno de esos artistas que pintan al natural, dejando que
la naturaleza sea algo más que el motivo central de su trabajo para ser una parte imprescindible de él. Pintó por toda la
geografía española, preferentemente Cataluña, su tierra natal de Navarra y Cantabria.
La obra que comentamos a continuación se conserva en importante colección de arte navarro, localizada en Pamplona. La misma, supone un ejemplo muy temprano del quehacer artístico del pintor, obra fechada el año 1946, contando el artista tan solo 20 años. Elías Garralda, pintaba siempre con una paleta de seis colores, junto con el blanco y el negro, y consideraba la estación otoñal como la mejor época para pintar en todo el mundo, aunque hay mucho colorido. Para el pintor fallecido, la composición del cuadro era fundamental, y había que procurando amarrar bien el dibujo, para poder ambientarlo en la atmósfera y el color de la tierra que consideraba excepcional. Sus paisajes son silenciosos y reposados. No hay en ellos estridencias ni cambios bruscos de perspectivas o de tonos. Retrata la realidad tal como es, buscando siempre recrear atmósferas que respeten la imagen tal como él la retiene. El resultado es una pintura en la que cuida mucho la composición y el color. Técnicamente, nuestro artista estaba dotado de una mano extraordinaria. El presente paisaje, aunque temprano, es buena muestra ya de la maestría que desarrolló Elías Garralda a lo largo de su dilatada trayectoria vital y estética. |