JOSÉ MARÍA MURUZÁBAL DEL SOLAR

   PINTURA Y ESCULTURA NAVARRA

 

PINTURA: OBRA DE MARZO DE 2021

 

 

“Ruinas de Santo Domingo de Estella”
Tinta / papel. 40 x 30 cm. c. 1940.
EMETERIO TOMÁS HERRERO

Emeterio Tomás Herrero, nació en Mendaza en 1886. Gracias a la ayuda de la DFN cursó estudios durante cuatro años en la Escuela de Artes y Oficios de Pamplona bajo la dirección de Enrique Zubiri. Aparte, durante los meses de febrero a mayo de 1905, estuvo matriculado en la Escuela Superior de Barcelona, recibiendo clases de Vicente Borrás. Pese a sus intentos no logró ayuda económica para cursar BBAA en Madrid, aunque lo hizo como alumno libre, esto es, sin matrícula oficial pero con acceso a determinadas clases. Finalizada su formación artística, Emeterio Tomás se instaló en Estella, localidad en la que permanecería toda su vida. Allí abrió su estudio, dedicándose a la pintura, especialmente el retrato y la escena costumbrista, muchas veces combinando ambos géneros en lo que podría denominarse “retrato costumbrista”, así como el paisaje. Inmerso en el ambiente artístico de su época, tuvo relación con Gustavo de Maeztu y con Jesús Basiano, dos referentes de la pintura en Navarra de su generación. Como sucedió con otros pintores, Emeterio Tomás acabó derivando hacia la fotografía, abriendo un estudio fotográfico en la Plaza de los Fueros de Estella y convirtiéndose en un notable retratista. Emeterio Tomás Herrero fallecía en Estella en 1954 dejando un importante legado pictórico y fotográfico que bien merece un estudio (Datos sacados de Ignacio Urricelqui, Pieza del mes, abril, 2014, Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro de la Universidad de Navarra)

La pieza que nos ocupa, y que presentamos a continuación, se conserva en colección aragonesa y en el momento de analizarla estaba circulando en el mercado artístico. Supone un buen ejemplo de las realizaciones plásticas de este autor, en su faceta de dibujante. El ejemplo que nos ocupa, además representando una vista de la Ciudad de Estella donde él mismo residía, es demostrativo de la capacitación de este autor para el dibujo y la composición. Estamos ante un dibujo claramente realista, ejecutado con limpieza y realismo, con gran dominio de la línea y el claroscuro. Sus trabajos, como el mismo que nos ocupa en estas líneas, revelan a un artista bien dotado y capaz de captar la esencia de la figura o del escenario correspondiente. Con todo, se trata de un artista no demasiado conocido dentro del panorama de las Artes Plásticas de Navarra en el siglo XX.