JOSÉ MARÍA MURUZÁBAL DEL SOLAR
PINTURA Y ESCULTURA NAVARRA
ESCULTURA: OBRA DE JUNIO DE 2019
“Manada de toros”
Bronce en piedra. Aprox. 14 x 21 x
38 cm.
SOLANO, Casto.
Casto Solano
(Olazagutía, 1958), escultor navarro asentado desde los dos
años de edad en Vitoria, donde tiene un reconocimiento de
público y crítica indiscutible. Trabajó en la torre de control
del Aeropuerto de Foronda. Desde los 13 años estudió
electrónica, lo que le ha venido bien para aplicar sus
conocimientos a la escultura, que comienza a trabajar en la
Escuela de Artes y Oficios de Vitoria. En Foronda llevó a cabo
una interesante propuesta artística: junto a Pedro Beristain
creó una sala de exposiciones en el Aeropuerto de Foronda, con
el apoyo de la Fundación Caja Vital. Al poco tiempo tomó una
decisión transcendental, decidió abandonar su trabajo en la
torre de control para centrarse en el arte. El punto de
inflexión en su carrera fue la Expo de Sevilla, con sus
esculturas en los pabellones de España, Euskadi y Rusia. Pero
no sólo eso, en Ceuta colocó la figura del fundador de la
ciudad; en La Habana elaboró una fiel escultura del Che en
bronce, de casi dos metros de altura y que conmemora el 40º
aniversario de la revolución. Entre sus piezas más apreciadas
está la escultura instalada en Bermeo que homenajea al
trabajador y que versa sobre las diferentes personalidades de
un padre y un hijo. En 2017 venció también un concurso público
internacional e instaló cuatro esculturas: en Saint Paul,
Seattle, Spruce Grove y París. En Vitoria está una de las
figuras más visitadas, el Torero de la Calle Dato. Otras obras
del autor en la ciudad son también el Pensador Niño, en la
Plaza de los Celedones de Oro, el Hombre con arco iris de la
Plaza Amárica o el Ken Follet de la Catedral Santa María.
La escultura
que ahora presentamos se conserva en importante colección
particular de arte. Se trata de un buen ejemplo de lo que
supone la producción de este autor vasco-navarro, siempre en
línea de escultura figurativa, dotada de acentos de evidente
modernidad. La escultura analizada está dotada de una estética
atrayente y representa una manada de toros en el campo,
concretamente seis bóvidos. Los animales se presentan juntos,
poderosos, con anatomías marcadas, en diferentes poses. Las
seis figuras aparecen dotadas de anatomías poderosas y se
realizan a través de una labor de simplificación de sus
rasgos. En todo caso, resulta evidente a través de esta obra
la dependencia que muestra Casto Solano de la mejor herencia
de la escuela vasca de escultura contemporánea, tratando los
temas en línea figurativa pero a la par que dotada de
modernidad. La obra se completa con una cuidada base, que
entona magníficamente en el conjunto, y que esta ejecutada en
piedra. |