JOSÉ MARÍA MURUZÁBAL DEL SOLAR
PINTURA Y ESCULTURA NAVARRA
ESCULTURA: OBRA DE DICIEMBRE DE 2016
“ALEGORÍA
DE PAU CASALS”
Bronce en base de mármol. 60 cm. Altura
MANUEL CLEMENTE OCHOA
Artista nacido en Cascante en 1917. Estudió Bellas
Artes en San Jorge de Barcelona. Obtiene cátedra de dibujo de
Enseñanza Media en 1962 y de Escuela Universitaria en La
Laguna (1963-1968) y en Barcelona (1968). Ha sido catedrático
de expresión visual y plástica de la Universidad Central de
Barcelona. Hasta la década de 1970 centró su actividad en el
campo de la pintura, interesándole el paisaje y el retrato.
Posteriormente su evolución artística deriva, en la década de
los 80, hacia una escultura figurativa de carácter
expresionista, cada vez más esquemática y abstracta, pero sin
abandonar la pintura. Ha recibido numerosas distinciones y
premios: académico de Mérito de la Academia Internacional de
San Marcos (Italia), Mención de Honor de la Asociación de
Críticos de Arte (Miami), Premio Ville de Vence (Antibes),
Premio Internacional Arte y Cultura de la Academia de San
Marcos (Italia), Atenea de Oro (Turín) o Targa Europa (Roma).
Sus esculturas se pueden ver al aire libre en espacios como el
Señorío de Bertiz, el Campus de la Universidad Pública de
Navarra, la Plaza Tomás Caballero de Pamplona, y en otras
ciudades como Barcelona, Zaragoza, Castelldefels, Madrid,
Andorra, Los Cristianos (Tenerife), Burdeos, Lausana o Dubai.
En su localidad natal se colocó en 1986 la escultura dedicada
a Fray Pedro Malón de Echaide.
La obra que presentamos figura en importante colección
particular de Navarra y fue concebida como homenaje al celebre
músico. El bronce es uno de los materiales preferidos de
Clemente Ochoa y el ser humano y las formas estilizadas su
referente fundamental. La verticalidad que imprime a las
figuras es una constante en su obra, simulando en ocasiones
que éstas se mantienen ingrávidas en el aire, tal como
demuestra la presente escultura. En la misma se puede observar
unas formas geometrizantes y abstractas que acaban sometiendo
a la figura a una estilización de ritmos y formaciones
dinámicas, llenas de gesto y vida. Este tipo de obras acaban
convirtiéndose en una especie de dibujo trazado rápido sobre
el espacio; Las formas, en un crecimiento que supone
ilimitado, parece que se sostengan en el aire. El artista, al
limitarse a salpicar el espacio, lo abre para nosotros y la
materia desaparece. La presente escultura supone una magnífica
muestra del peculiar estilo, entre lo lírico y lo surrealista,
de este conocido artista navarro.
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