JOSÉ MARÍA MURUZÁBAL DEL SOLAR
PINTURA Y ESCULTURA NAVARRA
ESCULTURA: OBRA DE MAYO DE 2016
“Adán y
Eva”
Terracota. 58 x 25 x 30 cm. c. 1980-85.
LOPERENA, Antonio.
Artista navarro que ha trabajado tanto la pintura como la
escultura (Arguedas, 1922 – Tudela, 2010). Estudió en el
colegio de Arguedas y a los 14 años comenzó a trabajar en el
oficio de su padre. Fue pastor y ganadero hasta los 33 años,
cuando decidió trasladarse a Tudela donde abrió un taller de
escultura y pintura en su domicilio de la calle Herrerias. Sus
grandes pasiones fueron las Bardenas y los toros, y gran parte
de sus pinturas estaban inspiradas en estos motivos. Tuvo una
gran imaginación y captaba enseguida los rasgos principales de
sus trabajos. Sus obras han viajado por varios continentes y
en su larga trayectoria profesional recibió numerosos premios.
Realizó esculturas en Nueva York, México, Caracas y Costa
Rica, entre otros países de América. Se dedicó en innumerables
ocasiones a la escultura pública; es autor del Monumento al
Pastor situado en el término bardenero de El Paso, y de otro
que se encuentra en Isaba, y en Tudela esculpió, entre otros,
el Monumento a la Jota, el del Hortelano y el del rey Sancho
El Fuerte, instalado en la plaza que lleva su nombre. Su obra
está siempre apegada a la mejor tradición figurativa del arte
español.
La presente obra se guarda en selecta colección de arte
navarro localizada en Pamplona. La escultura formó parte de la
exposición homenaje que el Parlamento Foral tributó al autor
entre febrero y marzo del 2015. El maestro ribero trabajó la
escultura en una gran variedad de soportes, piedra, mármol,
madera, cerámica. Sus obras expresan siempre sentimiento e
incluso en ocasiones llegan a emocionar al espectador. Se
trata pues de un realismo unido a un profundo sentido
expresionista. Todo en las mismas esculturas intenta
contribuir a otorgar mayor verosimilitud y realismo a las
obras. En este caso que nos ocupa estamos ante una terracota
que representa una pareja compuesta por hombre y mujer,
desnudos, y en actitud unida y de recogimiento, apoyados sobre
una gran roca. Obra figurativa, con un buen estudio anatómico
de las figuras, supone un buen ejercicio de modelado para el
autor y demuestra el dominio técnico que poseía Antonio
Loperena.
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