JOSÉ MARÍA MURUZÁBAL DEL SOLAR
PINTURA Y ESCULTURA NAVARRA
ESCULTURA: OBRA DE ENERO DE 2016
“CIRCULAR”
Mármol en base de mármol. 28 cm de altura (sin base). Fechada
junto a firma en 86
SADA, Alfredo
Escultor navarro (Falces, 1950 – 1992). Principalmente
autodidacta, no comenzó estudios académicos hasta avanzada la
década de los 70 cuando realizó sus estudios en la Escuela de
Artes y Oficios de Pamplona, exponiendo por vez primera en
1981 en la capital navarra. Participó posteriormente en
muestras individuales y colectivas en Madrid, Valladolid,
Zamora y Vitoria, así como en Francia. Tomó parte en la
edición de 1991 de la Feria Arco de Madrid. En 1988 su obra
experimentó una transformación debido a la introducción del
uso del plomo. Comienza entonces la época más personal y
brillante de la trayectoria de Alfredo Sada, trayectoria
truncada por una muerte temprana. En 1990 el Ayuntamiento de
Pamplona adquirió su obra en bronce Mujer ciprés para su
instalación en la Vuelta del Castillo. Cuentan asimismo con
obra suya el Museo de Navarra, la Fundación March de Madrid y
el Círculo de Bellas Artes de la capital española, así como el
Centro Cultural de París. La CAMP ofreció una magnífica
exposición póstuma de su obra en febrero-marzo de 1994, en la
Sala de García Castañón.
La presente escultura que comentamos se localiza en una
prestigiosa colección de arte de Pamplona. Procede de la sala
de subastas Appolo de Pamplona (junio 2006, lote 220). Se
trata de una obra primeriza, de periodo inicial dentro de su
breve periplo estético, cuando Alfredo Sada se formaba en
Artes y Oficios de la capital navarra. Aparece fechada, junto
al anagrama característico de su firma, el año 86. Realizada
en mármol negro, está montada sobre una base también de
mármol. Al tratarse de una obra de primera época, se aparta
sensiblemente de lo que constituirá la obra más reconocida del
autor, ejecutada en plomo. Ésta que analizamos, en perspectiva
abstracta, emparenta con la escultura vasca de su época, con
Oteiza, Chillida y los posteriores autores que beben de estas
fuentes. La obra compone formas que se heredan de la propia
abstracción geométrica. Con todo, entendemos que se trata de
una obra importante de Alfredo Sada ya que documenta
perfectamente el periodo inicial de uno de los escultores
navarros más interesantes de la segunda mitad del Siglo XX. |